“El binomio se forma a raíz de la tranquilidad, la paz, mucho cariño, azúcar y zanahorias!”
En una entrevista exclusiva para la Federación Ecuestre Argentina, conversamos con la flamante campeona que por primera vez se presentaba a un Campeonato Nacional…
Conozcamos más a Manuela: ”Tengo 26 años, comencé a montar por diversión (y con ayuda) a los 2 años. Mi madre y mi padre se dedican al deporte, y cuando era chica en los veranos se instalaban en Punta del Este, y en Pinamar para hacer cabalgatas, algo que realmente disfrutaba y me divertía. Pienso que la diversión en los comienzos de los niños es muy importante. Desde ahí, cada vez un poco más en serio, no logre separarme del deporte.
Lo que más rescato de mi infancia es haber realizado campeonatos de ponys, pruebas de salto conjuntas con pruebas de adiestramiento. Esto último me dio una base que yo creo imprescindible en el comienzo de un jinete, y nunca dejé de tomar clases.
A Desti (Destacado Z ) lo tengo desde Abril de 2021, pero lo conozco desde Diciembre de 2019, cuando Michael Ziller lo dejó instalado en las caballerizas de Martín Dopazo. Ahí lo conocí y nunca pensé que podría saltarlo, con suerte podía trabajarlo en llano. Luego nos fuimos agradando uno con el otro. El binomio se forma a raíz de la tranquilidad, la paz, mucho cariño, azúcar y zanahorias! Cuanto más tiempo pasaba con él, mejor.”
FEA: – Te vimos en varios podios a lo largo del 2021, ¿cómo relatarías tu año deportivo? ¿Crees que tu desempeño durante el año fue la antesala de obtener el Campeonato?
MMJ: – “Mi año deportivo fue de menor a mayor. Comencé en la Copa de Verano de Mar del Plata, en 1,20 m de segunda categoría. En Mayo debuté en Primera, pero poder saltar las máximas exigencias de una forma medianamente correcta me llevó algunos meses de práctica. ¡Todavía estoy haciendo experiencia! Pienso que la experiencia de Destacado, es la que me falta y eso nos llevó al campeonato.”
FEA: – Este fue tu primer “CAMPEONATO NACIONAL” ¿Cómo supiste que estabas lista (o el binomio) para presentarse en este certamen?
MMJ: – “Mi gran maestro Hernán Mones Ruiz me hizo creer que estaba lista, y mi caballo también me dio la confianza para encarar semejante campeonato. También los resultados de San Jorge Village y del República me llevaron a pensar que quizás tenía una posibilidad.”
FEA: – ¿Cómo se fueron presentando las pruebas a lo largo del campeonato? ¿Dónde viste la mayor dificultad? ¿Cuándo te diste cuenta que podías ganar?
MMJ: – “La primera prueba de velocidad fue un gran inicio para posicionarme arriba, pero también jugó en contra para con mis nervios. El segundo día, DR 1.50m fue la prueba más dura y exigente. Tuve varios errores, pero gracias a Destacado logramos no alejarnos casi nada del marcador. Supe que podíamos lograrlo cuando terminamos el campeonato y solo faltaba esperar a que finalicé la prueba.
Mi conclusión: ¡un sueño hecho realidad!
Hace 7 años tuve un caballo (El Capricho Champion) que me permitió saltar algunas pruebas más exigentes. Lamentablemente una serie de acontecimientos lo dejaron fuera y desde allí trabajé duro esperando que llegue alguno que me de esa confianza. Eso ocurrió, pero haber logrado un Campeonato Nacional, es algo que nunca pensé.
Quise tomarme un mes (o un poquito más) para descansar emocionalmente y también para dejarlo descansar a mi gran campeón Desti. Mi primer objetivo es cuidarlo, y hacer buenos planes para tenerlo compitiendo en las máximas exigencias la mayor cantidad de tiempo posible. Luego entrando en detalle, me gustaría representar a Argentina en competencias importantes. ¡Pero siempre y cuando estemos a la altura de la circunstancia! Creo que los Juegos Odesur es uno de mis objetivos y quiero trabajar duro para eso.
Quiero agradecer de corazón a todos los que hicieron posible que lleguemos a lo más alto. Comenzando por Destacado y todos los que lo cuidan para que esté en forma. Mis padres Andrea Jeanneret y Gerardo Minuzzi, que son algo fundamental en mi carrera, por todo lo que me enseñaron y enseñan, y por los esfuerzos que hicieron por mí. A todos mis maestros, pero principalmente a Hernán Mones Ruiz.
¡Y a ustedes por darme este espacio! 🤗
Gracias a vos Manuela por tus palabras y te deseamos los mayores éxitos para este 2022.
ARGENTINA se encuentra muy bien representada en Portugal. Nuestro país será parte de los diecisiete equipos inscriptos en la COPA DE NACIONES CSIO3*.
Ochenta y seis binomios entraron hoy 18/11 al primer recorrido de clasificación, la competencia finalizará el domingo 21 de noviembre con un recorrido sobre 1.45m.
Los binomios:
Manuel Chechic
(Abril Giquadana Semilly) Matias Larocca
(B M Gran Fantasia) Ezequiel Andres Ferro Menendez
(C. Petras One Z) Juan Ignacio Alvarez Fermosel
(Tabata de Olid)
Se realizó en la sede del Club Hipico y de golf City Bell, la observatoria YOG con los jinetes y amazonas de Buenos Aires y el interior. A cargo del Coordinador Técnico Nacional Alvaro Albarracin acompañado por el presidente de la FEA el Sr. Marcelo Brandolino y el EDT responsable del ENARD Gonzalo Albarracin.
Con la actuación de Matías Albarracín y Cannavaro 9, Martín Dopazo sobre Quintino 9 y Fabián Sejanes con Emir, Argentina será mañana uno de los finalistas por equipo en Tokio.
Nuestro país logró integrar el segmento de las mejores diez naciones clasificadas para definir las medallas en estos Juegos .
Compartirá semejante desafío con Suecia, Bélgica, Alemania, Suiza, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, Brasil y Holanda.
Con gran orgullo y reconocimiento a caballos, jinetes y equipo en general, esperamos que mañana sea un gran día para la historia ecuestre argentina.!!!!!
El jinete argentino Manuel Chechic con ” Abril Giquadana Semilly ” se impuso en el Gran Premio de Puebla en México, en el marco del CSI3* Quintas Ecuestres, un Concurso Internacional con binomios de México, Brasil, Chile, Guatemala y Argentina.
Ya han pasado 4 años de esta emocionante semana en los Juegos Olímpicos de Río 2016, donde pudimos vivir una destacable participación del Equipo Argentino y muy especialmente el desempeño de Matías Albarracín y Cannavaro 9.
Este binomio logró avanzar a las instancias individuales alcanzando un diploma olímpico y representando muy bien a nuestro país.
La última semana de febrero, la Federación Ecuestre Argentina organizó una clínica de entrenamiento para jóvenes promesas en el Club Hípico y de Golf City Bell. La misma tuvo una duración de tres días y convocó a 35 binomios que podrían competir en el Americano 2020 que esta temporada se llevará a cabo en Ecuador.
La primera jornada comenzó con una charla técnica en la voz de Vitor Alves Teixeira (Entrenador Nacional); acompañado por Dr. Francisco Galli (Jefe de Equipo Nacional), Alexis Trosch (Entrenador de Jóvenes Promesas) y Cesar Lopardo Grana (Entrenador Internacional de Adiestramiento) quien fuera el encargado del precalentamiento de todos los grupos participantes.
A continuación, y durante toda la jornada siguiente, los participantes; divididos en grupos tomaron una clase de entrenamiento en pista para finalizar el tercer día con una prueba de obstáculos variados.
Esta iniciativa intenta continuar un trabajo que se inició hace muchos años en Rosario. Por el cual se obtuvieron varias medallas en los Sudamericanos pasados. El objetivo es preparar a las jóvenes promesas en todos los aspectos de la equitación; para el FEI Américas de Ecuador y para el futuro; también descubrir los chicos que tienen potencial para ser jinetes de alto rendimiento.
Ginebra es una ciudad espectacular. Tiene un lago hermoso en medio de los Alpes, barrios bellos e impecables con prolija vegetación, magníficas sedes de instituciones internacionales y un muy alto nivel de vida, a escasos kilómetros de la frontera franco-helvética. Allí, en pleno primer mundo, trabaja desde hace 13 años José María Larocca, un caso típico de fuga de cerebros: en 1994, a los 25 años, se fue a vivir a Londres; en 2006 se mudó a Suiza y nunca dejó de habitar Europa, donde se desempeña en una multinacional relacionada con el comercio. Sus tres hijos nacieron en el Viejo Continente, y allí retomó él en 2003 una pasión que había debido dejar por tiempo y dinero: la equitación. De 51 años, es un jinetazo, de primer nivel en salto.
Todo va bien para Larocca en Ginebra, Suiza, Europa. Pero no hay caso: las raíces tiran. “Es algo que llevo en el corazón. Argentina es un país que amo, con gente muy linda. Disfruto muchísimo cada vez que voy a nuestro país, una o dos veces por año”, afirma desde la nación del chocolate y los relojes el hombre que, casi al estilo del polista Adolfo Cambiaso, lleva la bandera celeste y blanca en su casco al competir. Él no lo dice, pero sucede esto: desde que Larocca integra los equipos nacionales, la Argentina se ha catapultado en salto. Medalla plateada por equipos en los Juegos Panamericanos Toronto 2015, participación olímpica (con diploma de Matías Albarracín) en Río de Janeiro 2016, medalla plateada individual en Lima 2019, medalla dorada en la clasificación para esos Juegos, futura intervención en Tokio 2020. Para la equitación albiceleste, todo eso parecía impensable hace unos años, o sacado de épocas más florecientes pero muy lejanas, como aquellos dorados y plateados años sesentas olímpicos y mundiales de Carlos Moratorio y Carlos Delía.
Finn Lente, montado por Larocca, en acción en los últimos Panamericanos; ninguno de los dos nació en la Argentina, pero juntos lograron el segundo puesto continental y una medalla para la delegación.
Este último, subcampeón mundial de salto en Venecia 1960 -fallecido en 2014-, era primo del papá de Larocca. José María empezó a montar a los 10 años, y saltaba 1,40 metros (primera categoría) en 1992, a los 23, cuando por estudios y trabajo tuvo que poner pausa. Recién en 2003, después de nueve años en Europa, retomó, con dos caballos adquiridos en Alemania y sin mucha ambición. Pero medio año más tarde ya afrontó su primer concurso internacional, en Portugal. Acicateado por Iván Camargo, un amigo brasileño que también vivía en Inglaterra, fue por más, y subió rápido como un cohete: intervino en el Mundial Aquisgrán (Alemania) 2006 y, ya con su gran Royal Power, en los Juegos Olímpicos Pekín 2008 y Londres 2012. “Ese caballo era un genio y lo extraño mucho como compañero de competencias. Hoy está retirado en Ayacucho, ¡y lo visito todos los años!”, comenta quien a mediados de año en Japón hará su cuarta actuación olímpica consecutiva.
Pero ya en el nivel continental lo que está consiguiendo la Argentina es inesperado. Pasó alrededor de medio siglo sin medallas plateadas en salto en Panamericanos (San Pablo 1963 por equipos hasta Toronto 2015 y Jorge Llambí en Cali 1971 en individual hasta Larocca en Lima 2019), y 24 en la equitación en general (Federico Castaing en prueba completa en Mar del Plata 1995 hasta la de Larocca), a pesar de que hubo grandes figuras en el camino, como Martín Mallo, Roberto Table, Andy Baxter, Argentino Molinuevo, Justo Albarracín (campeón nacional el mes pasado, a los 67 años). “Todos jinetes excepcionales. Los talentos en el país siempre existieron, y eran más que los actuales. Pero hoy tenemos equipos mejor organizados y mejor preparación. La cría de caballos está progresando y las giras por Europa van a consolidar este enorme progreso”, opina entusiasmado Larocca desde Ginebra.
Gracias a su desempeño en los Panamericanos de Lima, Larocca y Finn Lente se clasificaron para los Olímpicos de Tokio; luego se sumaría el resto del equipo argentino, que subió al cuarto puesto a raíz de una sanción al conjunto canadiense por dopaje.
En medio de la euforia de Toronto 2015, cuando apenas por un derribo la Argentina no tuvo la medalla dorada, su compañero Matías Albarracín (hijo de Justo) aseveró: “Esto no termina acá. Esto empieza acá”. Parecía aventurado, pero… “Matías tuvo mucha razón, ¡por suerte!”, celebra Larocca. “La preparación, la actitud, creer en nosotros, ser muy profesionales, trabajar con verdadero espíritu de equipo… Eso hizo la diferencia. Planificar con tiempo y objetivos claros. Todos tenemos nuestras debilidades y la fuerza de los equipos viene de la complementación entre compañeros. Hablo mucho del tema equipo, porque es fundamental. El nuestro es un deporte individualista, pero a la diferencia la hacen los países que logran formar verdaderos equipos. ¡En nuestro caso la unión hace la fuerza!”, enfatiza el nacido hace 51 años en Wettingen, Suiza.
“¡La unión hace la fuerza!”, exclama Larocca, un convencido de la importancia de los equipos como superadores de la suma de individualidades; allegados al conjunto argentino siguen la actuación colectiva en Lima 2019.
Esa fuerza tiene un articulador extranjero. Y brasileño, nada menos. Vitor Alves Teixeira es el entrenador del equipo nacional de salto. “Es muy profesional y su objetivo es conseguir los mejores resultados para Argentina. Sabe cómo motivarnos, qué botones apretar y cuándo y al mismo tiempo es muy disciplinado, algo que nosotros necesitamos. Brasil está más avanzado que nosotros, pero él entiende nuestra cultura. Mucho mérito es de Vitor”, lo destaca su pupilo, que experimenta a diario eso de vivir en otra tierra. Tan compenetrado está en lo colectivo por encima de lo individual, que sus respuestas por correo electrónico a LA NACION llegaron precedidas por un título que no se le pidió pero que es un buen resumen de la nota: “Un equipo para la Olimpíada de Tokio 2020”.
“Sin dudas, es un resurgimiento el de los últimos cinco años”, asevera Larocca sobre la equitación celeste y blanca. Pero lo entiende como un fenómeno nacional, del deporte argentino. “Muy notable. En parte gracias al apoyo del Enard, no sólo monetario, sino también educacional. En el caso de la equitación, hay mucho talento joven, muchas idea, más estructura y muchas ganas. Entusiasmo nos sobra”, responde, vía correo electrónico, con un emoji de sonrisa. El mismo que usa para escribir “espero que no haya sido el último” cuando se refiera a su tercer Olimpia de Plata. “Es un reconocimiento muy importante que valoro muchísimo. Compartir la ceremonia con los atletas de elite, ver a los jóvenes con tan buena actitud y disciplina haciendo un gran esfuerzo para progresar, es un privilegio”, sostiene.
El tercer Olimpia de Plata para José María Larocca, que tiene 51 años y empezó a representar a la Argentina a los 35, luego de retomar una pasión puesta en pausa por necesidad: la equitación. Fuente: LA NACION – Crédito: Santiago Hafford
A esta altura, disfruta a fondo cada logro. Por aquel paréntesis forzoso en la equitación, empezó tarde a representar a su país, a los 35 años (“más cerca de la edad en la que muchos jinetes se retiran”), pero una vez que el motor se reencendió, no paró. Y tiró de otros. Quiere llevar lo más lejos posible a todos los que pueda de su mismo bando. “Tenemos que continuar este trabajo de equipo. Cada uno desde su posición y dentro de sus posibilidades, pero teniendo en cuenta el objetivo final: poner a nuestro deporte al tope de los estándares mundiales”, ambiciona a lo grande aquél que volvió al salto después de 11 años con metas modestas. Ahora es un tren albiceleste.
Pasión por esto le sobra como para contagiar. De hecho, hasta su hijo Matías, de 20 años, es jinete de salto, y algo más: aunque también nació en Suiza, desde octubre representa a Argentina. “Siempre fue su intención, pero los jóvenes tienen más oportunidades representando a su país de residencia. Por mi parte, nunca se me paso por la cabeza la idea de no representar a nuestro país. ¡Prefiero quedar último como argentino que ganar una medalla olímpica representando a otro país! ¡Estoy muy orgulloso y feliz de portar nuestra bandera!”, exclama. Pues… la bandera es el mismo. Una bandera celeste y blanca con un sol dorado. En la bucólica Ginebra. En la predominante Europa. Y en cada lugar a donde la equitación lo lleva.
“Prefiero quedar último como argentino que ganar una medalla olímpica representando a otro país”, afirma Larocca, que más allá de su cuarto de siglo fuera del país compite con la bandera argentina en el casco y en el mandil de su caballo.
La Argentina competirá en Tokio por un dopaje canadiense
El consumo de una sustancia prohibida por parte de una amazona del equipo le birló a Canadá el cuarto puesto de Lima 2019, heredado por la Argentina de Larocca, Albarracín, Martín Dopazo y Carlos Cremona. Y eso implicó la clasificación para Tokio 2020 y la segunda participación olímpica sucesiva del equipo de salto. “¡Un gran orgullo! Muchísima felicidad, ¡o más que eso!”, se complace Larocca ante LA NACION. La Federación Ecuestre Argentina venía pidiendo aclaraciones desde agosto, el mismo mes de los Juegos Panamericanos, y tuvo la buena nueva a raíz de la sanción al conjunto norteamericano. “No es la manera en que habríamos querido entrar, pero lo importante es estar adentro. Lo lamento mucho por los canadienses, pero las reglas están para ser respetadas por todos y son para todos por igual, así que lo que ocurrió es correcto”, apunta quien resultó segundo en Perú.
