“El Arte Ecuestre es la única de las Artes clásicas que históricamente ha creado un estilo y una filosofía de vida como base de su condición moral y social; el Caballero. Ningún otro Arte ha conseguido tal revolución social. Ser “de a caballo” implica unas normas de conducta y una fidelidad a determinados Principios y Valores que influenciaran todas las otras formas de Arte. Desde la música a la literatura, de la escultura a la pintura, todas tienen como una de sus fuentes de inspiración el espíritu de la Caballería o Caballeresco. Aún hoy, en plena era de la mecánica y de la informática, un Caballero sigue siendo un Caballero, sin que necesariamente sepa lo que es un caballo…Y por otro lado hay muchos jinetes que no tienen ni idea de lo que es un Caballero… La historia del mundo occidental ha tenido como uno de sus fundamentos las Órdenes de Caballería. Estas Órdenes actuaban de una forma transnacional y de manera sinárquica. Quiere decir, que sus hermanos eran aquellos que independientemente de su etnia, sus orígenes, educación o nacionalidad compartían los mismos Valores y Principios jurados a través de su iniciación.
El sentido de Misión era común, tal como hoy se mantiene en algunas Órdenes, y también en algunas asociaciones de librepensadores, aunque estos desafortunadamente en su mayoría sin Fe. La imagen medieval del Caballero Andante, que iba por el mundo defendiendo la causa de las Damas indefensas, por veces Quijotesco, siempre fieles a sus principios de caballero, tal como los trovadores que cantaban sus gestas, representaban el sentimiento más puro buscando su Obra.
Es interesante observar el sello de la Orden Soberana del templo de Jerusalén representando dos jinetes montados en el mismo caballo. Esto no significa dos personas distintas sobre el mismo caballo y si la imagen del monje-guerrero. La representación espiritual de Caballero junto a su representación guerrera. La unión de los dos montando el mismo caballo formaba el Todo en sus Valores y Principios Espirituales, junto a su misión temporal dictada por las normas y leyes a las que obedecían por juramento. Solo puede ser servido quien sabe servir, regla de oro de la nobleza, desafortunadamente olvidada por muchos. Cuando se sirve y se lucha por una causa, por un ideal, realizando una obra, hay que valorar su transcendencia y a quien te sirve. En Arte Ecuestre el “quien te sirve” es el caballo. Él te dará todo si sabes exigirle.
Tienes que saber ser servido, para que el caballo te sirva. Para comprender un caballo e interpretarlo para que él te dé lo mejor de sí, hay que ser un Caballero, no basta con ser jinete. No es el oficio el que crea el Arte, sino el sentimiento. No hay nada más feo que un ordinario a caballo…”
José O´Neill. “Alrededor del Arte Ecuestre”.